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¿Se puede competir de forma sana?
La competitividad en esta sociedad es totalmente normal, pero el problema de esta competencia es que a veces no es sana.
Para que la competición que vivimos en la sociedad sea sana, debemos buscar mejorar nosotros como personas y no compararnos todo el rato con el resto.
¿Qué debes buscar en la competición?
En la competición deberías buscar los siguientes aspectos para que esta sea positiva:
- Mejorar tú mismo: En nuestra vida siempre habrá personas mejores en algunos aspectos, y otras en otros. Con esto quiero decir que no tienes que compararte en todos los aspectos con otras personas, sino buscar mejorar tú mismo.
- Sentirte orgulloso de ti: Sí, tú puedes sentirte orgulloso por cumplir tus objetivos y tus sueños, o al menos estar en el camino. Debes reconocer los éxitos de los demás y los propios, y esto no es malo. Muchas veces no se reconocen estos éxitos por miedo a parecer creído o que estás ostentando tu “éxito”.
- Buscar objetivos cada vez más difíciles: Los objetivos en esta vida para seguir avanzando cada vez tienen que ser más difíciles, de lo contrario no podrías avanzar bien.
- Compararte con los demás para mejorar tú: Sí, puedes compararte porque te ayudará a mejorar tú mismo, pero esta comparación nunca debe ser para sentirte por encima del resto, sino que debes buscar sentirte bien contigo mismo.
Cumpliendo estos requisitos podremos buscar que la competición sea sana.
¿Cuándo es perjudicial la competitividad?
La competitividad es perjudicial cuando pasa los siguientes casos:
- Buscas compararte con los demás para sentirte por encima, esto es perjudicial para todos.
- Te sientes orgulloso de ti mismo, pero buscando ostentar lo que tienes, y hacer sentir a los demás que no han conseguido lo mismo.
- Abandonas los objetivos porque no los consigues, o buscas objetivos de otras personas para compararte con ellas.
Si cumples alguno de estos tres aspectos… la competitividad será perjudicial, y tienes que evitarlo a toda costa.
Conclusión
En esta sociedad vivimos en un mundo de competición brutal, y no es malo mientras esta sea sana. Dejemos de lado la competitividad perjudicial, y busquemos mejorar entre todos. De esta forma podremos ser una mejor sociedad.
Esta semana hemos visto cómo gestionar el estrés y la ansiedad para vivir con ella, y la gestión de la competitividad es necesaria para conseguirlo.
Si leyendo este post te han surgido dudas o tienes alguna pregunta, puedes escribirme en comentarios o en privado, e intentaré ayudarte.
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